Bienvenidos Terricolas.

Han atravesado el portal valientes viajeros... No es un mundo paralelo, no es un universo desconocido. Es simplemente una instancia para pelusiar...
ADV: ¡CUIDADO! Algunas pelusas pueden resultar peligrosas.

*Pelusiar: las pelusas todo lo ven y todo lo saben, es imposible escapar de ellas, porque cuando menos lo esperes ahí estarán para dar su golpe maestro. El tamaño no es lo que importa...

lunes, abril 30, 2007

"Disculpa Pública al Señor Dj Timo Mass"



Estimado artista y respetado músico, señor Timo Mass: en nombre de toda la comunidad electrónica de mi país quiero pedirle disculpas por el fraude de fiesta en la que se vio obligado a participar. Y es que el evento realizado el 13 de Abril recién pasado, en los recintos de Espacio Riesco, fue verdaderamente una vergüenza para la escena internacional de música electrónica. Prefiero no imaginar los tipos de comentarios y referencias que el dj habrá compartido con sus camaradas después del incidente. Lo insólito, es que seamos capaces de quejarnos luego y preguntarnos por qué los grandes artistas no realizan presentaciones en nuestro país.

No podemos culpar a Street Machine. La productora cumplió con su parte del acuerdo; dispuso los equipos, la publicidad correspondiente, y además firmó el cheque con el sueldo del dj. Espacio Riesco también puede lavarse las manos, y con toda libertad. El recinto fue lo suficientemente espacioso para la cantidad de gente que asistió al evento. La calidad de la música no se vio mayormente afectada por las paredes de concreto, y los espacios anexos a la pista de baile fueron suficientemente acogedores como para sentarse a descansar. Muchos se atreven a asegurar que fue culpa del propio dj que la fiesta no resultara como se esperaba; que Timo no dio todo de su parte ni se comprometió con su público, que no tocó tan bien como lo ha logrado en otros países, que su indiferencia fue la causa del sabotaje de la fiesta. Quizás sí, quizás el interés que mostró en la jornada fue insuficiente. Pero debemos dejar de lado de una vez por todas la idea de que el trabajo de “encender” una fiesta es sólo responsabilidad del artista.

El tipo de ambiente que se da en un evento, en especial si depende de un show, es el resultado de un importante feedback entre en el público y el showman. Una relación de dar y recibir que no puede ser lograda por ninguno de los lados de manera independiente. Quizás Timo Mass pudo realmente haber tocado mejor, pero al mismo tiempo, quizás su audiencia pudo haber reaccionado mejor. No olvidemos que a eso de las 3:00 a.m., una masa significativa de gente comenzó a abandonar el lugar sin siquiera mirar atrás. Se vendió una cantidad de alcohol abrumante para lo que se vende habitualmente en las fiestas electrónicas. El grupo de gente bailando no alcanzó a ocupar ni siquiera la mitad del espacio que ofrecía el sitio. Y el sector más apartado del escenario fue el más concurrido, resultando casi imposible hallar algún sillón vacío. Las parejas cuyas demostraciones de afecto superaron lo permitido no fueron pocas, y pareció ser que muchos llegaron al lugar en actitud de casería.

Queridos compatriotas, me atrevo a sugerir que existen otros lugares en donde un comportamiento de este tipo es no sólo permitido, sino también digno de aplausos. Santiago y Viña del Mar están atestados de discoteques y salsotecas cuyo plato fuerte es el reguetón y los movimientos pélvicos son el pan de cada día. No confundan lo dicho con una ofensa. Considero primordial que el ser humano encuentre instancias para expresar su sexualidad con libertad. De hecho la música electrónica y el reguetón coinciden en su labor de facilitar la expresión humana, pero bajo ninguna circunstancia olvidemos que la primera tiene como fin una expresión de carácter más emocional.

Los beats de la música electrónica coinciden a menudo con el ritmo cardíaco del cuerpo humano. La forma en que el dj levanta hasta el extremo y luego arrastra por el piso la melodía, es capaz de retorcer nuestras entrañas. Las letras de las canciones son místicas, sugieren frases y mensajes de alto contenido subliminal, y al mismo tiempo trascendental. En pleno concierto, podemos ser testigos de cómo nuestra propia respiración se vuelve entrecortada y profunda. La música electrónica es capaz de hacer vibrar cada mínima molécula del cuerpo, de volver al individuo tan ajeno a su entorno como puede serlo sólo en sus sueños. Es de por sí una especie de terapia emocional capaz de liberar todas las impurezas de la vida cotidiana. Pero al igual que cualquier otro estilo de música, es una elección personal, y no podemos obligar a nuestros pares a ser partícipes de estos rituales si no son capaces de sentirlo. Sin embargo, debemos exigir respeto a “nuestra especie”. El pasado 13 de abril fui testigo de cómo cientos de individuos hicieron caso omiso de un llamado emitido por un dj de excelencia internacional. Observé cómo un potencial encuentro entre electrónicos chilenos fue reemplazado por una mera instancia social; un desfile interminable de modelos, integrantes del jet set, periodistas y diseñadores, un vaivén constante de gente sin un interés real por estar ahí.

Hasta al mismísimo Tiesto se habría sentido desmotivado ante una audiencia de tal indiferencia. El motivo por el que la presentación de Timo Mass no resultó cómo se esperaba, es el mismo por el que tantas otras presentaciones de artistas famosos no han resultado cómo se esperaban. El año 2006, Infected Mushroom y Alien Project, ambos artistas de enorme prestigio, recibieron las mismas críticas y su espectáculo fue acusado de no cumplir con el nivel prometido. En el caso de Paul Van Dyk en el 2005, el show recibió grande elogios pero jamás tales como aquellos atribuidos a la presentación en Buenos Aires del año pasado. La realidad es que ante la falta de motivación por parte del público chileno, los resultados serán siempre poco satisfactorios. Y lamentablemente, somos un país que ya se ha ganado una pobre reputación como audiencia de música electrónica. El único pretexto que nos va quedando para lograr traer a artistas importantes, son los varios ceros que Street Machine debió dibujar en el cheque de Timo Mass para cumplir con su deber como productora: incluir a Chile en el recorrido de músicos que realmente valen la pena ser escuchados. No nos dejemos estar, no nos echemos al sillón esperando que ellos vengan a nosotros. La responsabilidad de aumentar la calidad de la escena electrónica nacional es de todos.


B.G.J.

domingo, abril 29, 2007

"Éxtasis"



Mi cuerpo expira partículas de alegrías, mis poros liberan hacia el infinito las sensaciones más dulces que jamás les ha tocado experimentar. La emoción es tanta que va más allá de sobrepasarme, porque mis ganas de ser feliz van ahondando en mi interior; creando un lugar de refugio, ordenando y formando espacio suficiente para que tanta felicidad se sienta acogida dentro de mí.

Parece un ejercicio mental, pero en realidad no lo es. A medida que mi piel comienza abarcar todo el lugar, cada persona, cada nota musical, comprendo que es mi cuerpo el que experimenta. Por primera vez la mente se somete a su propio instrumento. Me asombro y sonrío al escuchar que es mi propia capacidad la que se va desatando minuto a minuto, que es volver a un estado natural primario, no convertirse en un ente artificial que pronto será consumido y habrá quedado atrás.

Explosiones mínimas se desatan en cada fibra de mi cuerpo, en cada célula aburrida ya de esperar alguna novedad. Millones se sensaciones y suspiros tibios recorren y se ramifican a lo largo de mis brazos, mi pecho, mi cuello, mis mejillas, mis ojos. Me inundan las ganas de llorar, retorno a mi estado vulnerable, como la última vez que lo fui antes de conocer la luz de este mundo. Reconozco de nuevo la complejidad de lo básico, el cuerpo humano que se libera de su entorno para maravillarse consigo mismo. Creí haber olvidado, o nunca haber conocido, mi propia capacidad.

Perdida en aquella admiración, olvido mi deber de respirar. Intento retroceder cada vez mas a mi estado mas básico; inmóvil en medio de un sin numero de electrones que chocan desperdiciando tiempo y vida, inquieta al darme cuenta de que son pocos quienes sonríen conmigo y disfrutan de vivir esta sensación de limpieza y satisfacción. Porque estoy segura de que esta vivencia que hoy me regalan fue colectiva algún día y de forma natural, pero el pasar del tiempo y el desarrollo de nuestro entorno, la división del hombre, el nacimiento del odio y las distracciones terminaron por silenciar la verdadera finalidad de lo que es vivir; la felicidad. Y la inquietud de estar sola me sujeta los brazos y me retiene de un movimiento infinito al compás de una melodía que nació para mí, pues es mi decisión interpretarla.

Me exigen palabras, que defina lo que siento y vivo, y por primera vez logro transformar sensaciones en frases con sentido, por lo menos para quienes me siguen en esta situación de plenitud, sometiéndose a la alegría sin protestas ni preguntas. Me intrigo al pensar que el ser humano se impone sus propias vallas, no se permite ser feliz cuando en realidad es tan fácil. Es un compuesto que va más allá de píldoras y polvos mágicos, es una capacidad tatuada en nuestro interior, es nuestro privilegio. Es aquello que define a nuestra especie pero que por alguna razón hemos tildado de animal. Lo sé porque de pronto retorno a mis instintos y dejo los prejuicios y las normas a un lado. Ya nada importa en realidad, solo aquello que pueda hacerme un bien. Por eso es que mantengo cerca a las sonrisas y a quienes son esta noche mis cómplices, aún así estén bailando a quinientos metros de mí, perdidos entre la multitud.

Por un minuto confundo mi inquietud con el exceso de cafeína, pero a medida que comienzo a incorporarme a la melodía que se pierde entre la gente, tentando solo a los más despiertos, comprendo lo que es. Son ganas de vivir. No de moverme ni de saltar, son ganas de existir. De permanecer así, ajena a todo aquello que me resulta incómodo. Por un segundo miro a mi alrededor en busca de alguien. Intento traducir mi sonrisa y explicar por qué me tiemblan las manos o por qué aprieto los dientes. Pero comprendo que no es posible, que las palabras se adhieren a la realidad de cada individuo y se definen según sus experiencias. Sería como describir un color que jamás se ha visto, o un sabor que jamás se ha saboreado. Sin embargo, mantengo la esperanza, miro a mi alrededor y encuentro a gente que quiero querer, aún así jamás los haya visto antes. Se preocupan por mí aun más que yo misma. Porque el éxtasis no es la euforia en sí; se refiere a la plenitud de olvidar los prejuicios, los rencores y la vergüenza, y de poner en práctica el verdadero amor al prójimo y a uno mismo. No hay razones para censurar los abrazos y las caricias si otorgan los mayores placeres de la vida. ¿Por qué no regalar cariño si me sobra? ¿Por qué contener la expresión si nos hace tan felices? Nos han malacostumbrado. Hemos crecido con temor a parecer ridículos, con miedo a ser discriminados, cuando en realidad no hemos hecho más que ridiculizarnos y discriminarnos los unos a los otros. Limitamos la alegría. Le ponemos fecha y hora a los sentimientos. Nos enseñaron a usar las manos para construir armas, herir a nuestros hermanos, causar dolor, cuando en realidad fueron creadas para provocar placer y entregar cariño.

Mi cuerpo se mueve por sí solo, basándose en la suaves y alegres notas musicales que hoy parecen rimar mejor que nunca. Por primera vez mi propia presencia no me estorba ni me incomoda. Por primera vez dejo de ser un elemento para convertirme en mi totalidad. Pierdo la consciencia del frío, del hambre, de mis peores miedos. Es más que olvidar los complejos, es nunca haberlos conocido. Es comprender la razón de mis defectos y así también entender que no son más que huellas de frustración y de cada vez que no logré lo que quise. Pero hoy que lo tengo todo, que no me falta nada, simplemente desaparecen. Me acerco a mí misma más que nunca, me atrevo a perdonar mis propias traiciones. Ya no aprieto las manos esperando a encontrarme con una superficie ajena. Traspaso mis propios límites, penetro en mi espacio, me adhiero a mi interior. Mi cuerpo se fracciona poco a poco y lentamente en pequeñas pelusas que se acarician entre sí con una ternura calida que sugiere lealtad. Quizás porque vuelvo a ser leal a lo que siento; costumbre que había olvidado desde hace algún tiempo, desde que comencé a crecer. Vuelvo a escuchar mis propias ideas sin reprimirlas por vergüenza, o simplemente por ser distintas. Vuelvo a admirarme, a sentirme orgullosa de lo que he llegado a ser, pero no logro contener las ganas de ser aún más y de llegar aún más lejos.

Las proporciones de mi entorno se van anulando; no existe un espacio grande, mucho menos uno pequeño. La sensación de infinidad se va colando bajo mis pies y entre los dedos de mis manos, dibujando en mi garganta nudos y madejas de anhelos y ganas de avanzar. El aire se me hace poco, pero no importa porque no lo necesito. No dependo ya de los condicionantes de mi entorno; la sensación interna se vuelve de pronto más importante que aquellas que detectan mis sentidos. Comienzo a entregarle una prioridad sagrada a la energía que se mueve dentro de mí. Esta vez yo elijo, yo decido. Pero por un minuto, tanto poder y tanta claridad me remueven, me estremecen y sacuden mis expectativas de seguir avanzando. Porque comprendo que no quiero tanta superioridad si he de vivirla sola, sin un igual. De nada me sirve ser infinita si en esa infinidad me pierdo en aburrimiento, si no existe nadie a mi lado que comparta la belleza de ese conocimiento. Olvido mis raíces si dejo de lado aquello que me hace un ser humano. Al olvidar mi esencia lo que soy desaparece, y me pierdo de inmediato en la nada. Necesito ese roce, esa transmisión de energía ajena que a lo largo de esta vida me ha hecho tan feliz. Porque el tacto es hasta el día de hoy lo que mas se ha asemejado a esta condición de plenitud. Abro los ojos nuevamente al mundo. El punto de conocimiento no está en interior pues si lo fuera la felicidad se limitaría solo a mí.

La sabiduría es el don que lo abarca todo en cualquiera de sus expresiones, en todos sus estados, en cada una de sus facetas y categorías. Y yo quiero ser realmente sabia.


B.G.J.

"Santiago de varios mundos"


Hay quienes circulan por la ciudad con una sonrisa picarona en el restro. Avanzan tranquilos, soñadores; pensando en situaciones remotas y ajenas, en mundos más prometedores. Entran en una de las pequeñas cafeterías de Providencia y pagan por un expresso haciendo una reverencia irónica a la cajera, pues saben que no permanecerán en la misma realidad por mucho tiempo más. Se sientan en las viejas bancas de madera, bajo la sombra de los gruesos plátanos orientales de la avenida Ricardo Lyon, con la mirada perdida en un cielo grisáceo que pronto les dejará de ser usual. Aspiran a marcharse lejos, a continuar sus vidas en otras tierras, donde el color del hombre es lechoso y el idioma natal no es el español maltrecho y desarticulado de los chilenos. Se suben al metro con los ojos bien abiertos, observando el tumulto de gente de rasgos toscos y piel oscura. Leen los afiches de los paraderos con atención para memorizar por última vez lo que Santiago tiene que decir. Son lejanos, incluso tan lejanos como lo serían estando en aquel otro lugar. A cada paso que dan se despiden de una realidad que conocieron desde niños, pero que han decidido abandonar. Chile les ha quedado chico, es demasiado tradicional para el acelerado estilo de vida que llevan.


Hay quienes recorren la ciudad con los ojos plasmados en sus pies, sin advertir la presencia de nadie más que de ellos mismos. Caminan por la vereda con la conciencia casi tan sucia como el cemento que pisan, sus sueños han sido nublados por el esmog santiaguino. Se quejan de cómo ha cambiado el lugar que los vio crecer. La construcción de la Costanera Norte, la implementación del Transantiago, la edificiación de tanto edificio moderno en plena avenida Apoquindo... cambios inútiles que no hacen más que entorpecer sus rutinas. El barrio Suecia, con sus locales y salsotecas, les parece una pérdida de espacio: un antro en donde la juventud sumerge sus complejos en rituales inmorales, drogas y alcohol. Para ellos, los venderos ambulantes no son más que vagabundos con excusas que han desvirtuado las calles de la capital con sus gritos y sus ofertas. Una día lejano fueron felices, soñaban, aspiraban, prometían. Hoy sus esperanzas han sido frustradas y no les queda más que circular mecánicamente por las callejuelas de una ciudad sumida en una supuesta modernidad. Se han resignado a sus grises vidas, se han acostumbrado a juzgar con amargura incluso a sí mismos.


Hay quienes deambulan por la ciudad como niños, admirando con deleite cada rincón, atentos a descubrir los cambios que Santiago sufre a diario. Con ingenuidad se acercan a aquellos elementos que el chileno ha hecho propios, pero que en realidad provienen de naciones lejanas y desarrolladas. Han memorizado los laberintos del mall Parque Arauco y almuerzan rutinariamente en algún sitio de la calle Isidora Goyenechea. Casi como por ritual, se detienen cada mañana en el Starbucks del barrio El Golf en un intento de imitar a la sociedad ejecutiva norte americana. Se hacen llamar elite, forman parte de un grupo privilegiado de Santiago. El mismo que suele reunirse en Borde Río para compartir una copa y que celebra las festividades dentro de la elegancia irreal del Club Hípico. Circulan tranquilos, jamás a pie, mucho menos en micro. Se pasean en camionetas 4x4 o en Pegeots descapotables, mientras los vemos en cada luz roja hablarle a sus celulares inalámbricos como lunáticos que hablan solos. Viven contentos, complacidos, satisfechos con su entorno. Desconocen que existe algo más, pero tampoco les interesa saberlo. No aspiran, no sueñan. Son sumisos y se complacen con poco. Tan poco que para ellos parece ser mucho.


B.G.J

viernes, abril 27, 2007

"CarreraDeKilos.Com"



Renata (28) y Belén (19) jamás se han visto. La primera trabaja en una empresa de bienes raíces y tiene dos hijos. La segunda cursa recién primer año de ingeniería en una universidad privada. No tienen prácticamente nada en común, son personas con existencias ajenas. Sin embargo, cada noche se conectan a Msn, casi por necesidad, para compartir sus vivencias diarias.

Renata y Belén se conocieron hace más de cuatro años en uno de los foros pro anorexia que ambas visitaban con frecuencia. Luego de compartir unos cuántos mensajes, acordaron contactarse vía e-mail. Pronto, se encontraron charlando a diario y confesando sus complejos más íntimos. Suelen aconsejarse en cuánto a dietas extremas y fármacos adelgazantes, métodos para evadir el hambre y para engañar a quienes les rodean. De seguro en otras condiciones jamás se habrían convertido en amigas, pero ambas lo niegan. Ninguna es capaz de admitir que la amistad que las une es sólo una excusa para no sentirse solas en su lucha diaria.

Juntas decidieron diseñar y publicar su propia web pro-anorexia. Hace ya aproximadamente un año de esto. Hoy, un grupo de 68 seguidoras que se autodenominan Anas y Mías (anoréxicas y bulímicas) están suscritas a la página y se conectan para leer lo que estas dos chicas tienen que decir. El mensaje es simple; “Quod me nutiet, me detruit”… lo que me nutre, me destruye. Con regularidad, organizan “Carreras de Kilos”, donde puede inscribirse quien quiera y con toda libertad. No existen restricciones a la hora de adelgazar. Por supuesto, gana la competencia quien baja la mayor cantidad de kilos en el plazo estipulado.

Los sitios web de este tipo abundan, y sus links circulan con facilidad. Basta buscar bajo el término “pro ana” para hallar sus paraderos. Suelen esconderse tras fachadas aparentemente inocentes; mariposas y flores, animales mitológicos, retratos de hadas y personajes mágicos. Inspiran a sus seguidoras a vivir en un estado de espera constante, a seguir el ejemplo de una oruga que aguarda en su capullo. La mayoría de estas páginas incluyan datos y consejos para adelgazar. Los “tips para ser Ana” son innumerables, y van desde pasar frío para quemar calorías hasta beber 2 litros de agua al día. Los “tips para ser Mía” incluyen consejos para facilitar la inducción del vómito y productos para proteger los dientes luego de hacerlo. Pero incluso más impactante que este tipo de declaraciones, son los llamados “10 Mandamientos” y “La Carta de Ana”. Esta última puede resultar escalofriante. Es la enfermedad quien se dirige a sus víctimas; las condena a una amistad eterna y les promete que jamás las abandonará. Otra parte importante de las páginas pro anorexia son las “Thinspirations”: fotografías de modelos famélicas y adolescentes en estados avanzados de desnutrición.

Renata vive su condición en silencio. Frente a sus familiares, disfraza su anorexia diciendo ser vegetariana y además, adicta al deporte. Acude al gimnasio todos los días y se ejercita sin parar durante dos horas y media. Con frecuencia y cuando puede hacerlo, reemplaza las comidas por tazones de café. Sufre de desordenes alimenticios desde los 14 años. No sólo es anoréxica; también enfrenta período de bulimia cada cierto tiempo. Su carácter es fuerte y tiene una enorme capacidad de manipular a quienes le rodean, lo que la convierte en un peligro público para los más inseguros. Belén es una muchacha sencilla y tímida, alegre e ingeniosa. Le apasiona el arte y la fotografía. Ha sido hospitalizada en dos ocasiones por principios de inanición, e internada varias veces en numerosas clínicas siquiátricas. Mide 1,70 mts. pero debido a su condición no pesa más de 50 kg. A la edad de 15 años, Belén comenzó a visitar webs varias en busca de dietas para adelgazar en pocos días. Fue así como dio a parar con el foro donde conoció a Renata.

Comparten sus secretos y molestias. Lloran juntas frente a la pantalla del computador cuando han pecado contra la dieta y notan que han subido de peso. Se ríen de la gente gorda que les rodea y se envían fotografías de cuerpos esqueléticos y famosas anoréxicas. Se consideran amigas, cómplices y compañeras. Dicen ser su único apoyo en medio de una guerra contra sí mismas y contra un mundo que se empeña en hacerlas comer. Al mismo tiempo, son un ejemplo la una para la otra. Un kilo que baja Renata es una nueva inspiración para Belén que no quiere quedarse atrás. Un atracón de calorías al que Belén sucumbe es para Renata un logro personal, una tentación que ella sí ha logrado resistir.

Las cientos de jóvenes como ellas conocen perfectamente su condición y no niegan que su forma de pensar es poco común. Sin embargo, jamás admiten su enfermedad, justifican la anorexia como un estilo de vida. Son capaces de atravesar breves períodos de lucidez, pero Ana suele ser más fuerte. Es esta la razón de por qué las pacientes en tratamiento suelen recaer una y otra vez en la enfermedad. Conocen los riesgos y las consecuencias, pero la muerte les asusta menos que la posibilidad de engordar. Están dispuestas a sacrificarlo todo y a todos por llegar a su meta, sin importa cuántos seres queridos se vean afectados en el trayecto. Muchas admiten el placer que les produce comer, pero su motivación de adelgazar es más fuerte. No es raro que quienes padezcan la enfermedad recurran a la auto mutilación para controlar sus estados de ansiedad y angustia.

En la actualidad, el porcentaje de casos fatales de anorexia alcanza el 18%. Resulta una cifra alarmante, si se toma en cuenta que corresponde a la tercera enfermedad crónica más común en las adolescentes. Tanto Belén como Renata conocen esta situación. Aún así, es sólo cuestión de tiempo que se unan al grupo de quienes han muerto en su misma lucha. Y la realidad es que a ninguna de las dos les importa.




B.G.J.

" Dibujos Animados.. ¿ Subliminalmente Obscenos?"



Son mensajes casi imperceptibles; insertados en películas para niños y caricaturas. Sugieren contenidos eróticos y amorales, faltas de respeto a la convivencia humana y hasta cultos mundanos. Son el fundamento de una nueva guerra entre los dibujos animados y los padres de los pequeños cinéfilos.


Madres de todo el mundo, ¡¡horrorícense!! Teman por las mentes inocentes de sus hijos, la amenaza de la pornografía y el culto a la inmoralidad se encuentran más vivos que nunca. Frases como ésta encabezan cientos de páginas web y foros que denuncian la emisión de mensajes subliminales en caricaturas y películas infantiles.


Los estudios Walt Disney, al igual que su creador, se han convertido en uno de los blancos principales de acusaciones que denuncian el uso de pornografía e inmoralidades en sus producciones. Las pruebas de ello abundan. Existe una escena en la película “La Sirenita” en la que el príncipe y la bruja se dirigen al altar para contraer matrimonio. Allí les espera un sacerdote poco común; el espectador puede ser testigo de cómo el personaje sufre una erección en plena ceremonia. Otro ejemplo fue captado en la cinta “¿Quién Engañó a Roger Rabbit?”, cuando la novia del conejo sufre un accidente y es despedida por los aires. Sus vestidos se descubren y el espectador puede observar que el personaje no lleva ropa interior. Incluso en un clásico de todos los tiempos como “El Rey León” se pueden encontrar este tipo de insinuaciones. En la escena en que Simba es testigo de cómo la figura de su padre se forma en el cielo, por unos instantes las estrellas agrupadas parecieran escribir la palabra “SEX”. Los mensajes eróticos también se han tomado el audio de estos filmes. Existe un diálogo de la película “Aladdin” en la que se escucha una voz diciendo “Bien jóvenes, a quitarse la ropa”, y en “Hércules” (la versión en español) una seguidora del protagonista hace una alusión explícita al acto sexual.


No sólo las caricaturas de Disney han sido tildadas de inmorales. La existencia de mensajes subliminales nocivos ha sido adjudicada a varias series animadas de la televisión. Es el caso de “Popeye”, quién recurre a una especie de hierba color verde para incrementar su fuerza, y de “Los Picapiedras”. En esta última, el personaje principal suele gritarle a su esposa y burlarse de la altura de su mejor amigo.


Sea o no una actuación premeditada, la emisión de este tipo de mensajes es un hecho real. Sin embargo, las madres pueden estar tranquilas. Las series nombradas son demasiado antiguas y no logran captar la atención de los niños de hoy. Sus verdaderos espectadores forman parte de un público ya adulto, él mismo que en la actualidad se encarga de dirigir empresas y manipular la sociedad. Si realmente los comunicados subliminales son capaces de trastornar la mente humana, ya es demasiado tarde para hacer algo al respecto.

B.G.J.

"Say hello to my little friend"


Mis más cordiales saludos a los valientes que se han atrevido a penetrar en este umbral. Lo mismo para aquellos que han llegado a link sólo por casualidad. Sea cual sea el caso, no garantizo que les guste, más espero que cumpla su finalidad.

Me llamo Bernardita y soy estudiante de periodismo de la Universidad Diego Portales. Mi intención es escribir, publicar, informar. Opinar, expresar, influenciar. Contagiar al mundo con el “bichito” que a diario me motiva a levantarme a las 6:00 a.m., y a caminar y viajar un largo trayecto para estudiar lo que me mueve.

Algún día, no muy lejano, seré reconocida y leerán mis publicaciones en algún diario. Quizás incluso lleguen a comprar alguno de mis libros. No pretendo rendirme hasta que lo alcance, no daré ni un solo paso atrás. Esta es mi declaración pública y mi juramento. Seguro a pocos le importa, pero ya llegará el día en que a toda una población le importará. No es que me adore demasiado, no es exceso de auto confianza. Es que conozco mi talento, y voy a usarlo para cambiar todo aquello de este mundo que tanto me (y nos) molesta.

Lo prometo, lo juro. Es una realidad a futuro que conozco tan bien como la misma que atravieso hoy. No son sueños, es una predicción innegable.

Gracias a G.R. por motivarme a diario.

B.G.J.